Cuidemos nuestra salud mental: atrévete a descubrir la reserva cognitiva!

¿Sabías que alrededor de un 18% de la población española sufre, al menos, una enfermedad mental?  Además, estas pueden implicar cierto malestar no solo a la persona afectada, sino también a su entorno, presentando a menudo dificultades para llevar una vida plena a nivel social, académico y laboral.

Esta información nos debería hacer pensar al menos dos cosas: primero, ¿puedo hacer algo para retrasarlo o disminuir su impacto? En el caso que esto no sea posible e igualmente presente síntomas, ¿hay alguna señal que deba tener en cuenta?

En esta charla intentaremos dar respuestas a la siguiente cuestión: ¿puedo hacer algo para retrasar la aparición de una enfermedad mental o disminuir su impacto?

En los últimos años la investigación está dedicando muchos esfuerzos para responder esta pregunta y con nuestro equipo hemos podido aportar una respuesta promisoria: la Reserva Cognitiva. Esta es entendida como la capacidad que tiene nuestro cerebro para hacer frente a una enfermedad mental, con el objetivo de retrasar los síntomas o bien minimizarlos. La buena noticia es que a la reserva cognitiva la podemos potenciar, como si el cerebro fuera un músculo más de nuestro cuerpo: mientras más lo ejercitemos, ¡más en forma estará! Esta incluye algunos factores sobre los que podemos trabajar, como el nivel de educación, los hábitos de vida saludables, o la estimulación cognitiva a través de actividades lúdicas o culturales.

En esta charla vamos a explicar qué es la reserva cognitiva y la importancia de trabajarla desde pequeños, es decir, de poner en forma nuestro cerebro con actividades que sean estimulantes a nivel cognitivo. Además, se pondrá en práctica mediante ejercicios similares a los que se llevan a cabo en el equipo del Hospital Clínic de Barcelona, a través de un programa de abordaje psicológico para la potenciación de la reserva cognitiva.

Ahora vamos a ponernos en un lugar hipotético: potenciamos nuestra reserva cognitiva y quizás retrasamos la aparición o disminuimos el impacto de los síntomas, pero estos igualmente aparecen. Esto quiere decir que hay diversos factores que van a influir en su aparición y desarrollo. Entonces nos preguntamos: ¿hay alguna señal que me haga pensar, a mí o mi núcleo social, que deberíamos buscar ayuda?

En esta sección de la charla vamos a hacer hincapié en cuáles son aquellas señales de alarma a las que tendríamos que estar atentos y saber cuándo es hora de hablar con alguien que me pueda ayudar.